Un modelo asistencial que reforzar en la Pediatría española
Artículo del doctor Antonio Nieto, vicepresidente de la AEP, publicado en Diario Médico, en el que reflexiona sobre el modelo pediátrico español y el desarrollo de las especialidades pediátricas.
Un modelo asistencial que reforzar en la Pediatría española
El modelo pediátrico español se basa en el principio de que todo niño debe ser atendido por un pediatra en cualquier nivel asistencial.La generalización de este modelo ha supuesto la consecución de estándares de salud inimaginables hace unas décadas. Datos de IndexMundi sitúan la tasa de mortalidad infantil en España en el 3/1.000 nacimientos, es decir, entre las más bajas del mundo y por debajo de países como Noruega, Alemania, Suiza, Holanda, el Reino Unido y Dinamarca, y ha inducido otras mejoras tales como una de las coberturas vacunales de la población infantil más elevadas del mundo.
Cada vez son más frecuentes los estudios que sugieren que la asistencia por pediatras conduce a una disminución del gasto sanitario por conceptos como el consumo de medicamentos, las visitas a Urgencias y las hospitalizaciones. Un ejemplo es un estudio publicado en 2011 en British Medical Journal, queapuntaba que la mortalidad infantil en el Reino Unido es más alta que en otros países europeos y concluía que “con una adecuada atención en el primer nivel asistencial, las muertes por patologías como neumonía, enfermedad meningocócica y asma se podrían haber evitado”. Así se reconoce también en el Libro Blanco de las Especialidades Pediátricas, editado por la Asociación Española de Pediatría en 2011, donde se pone de relieve que, en aquellos países en los que existe una Pediatría extendida y potente, especialmente en atención primaria, las consecuencias derivadas de las patologías más frecuentes en la población infantil son menos duraderas e intensas, están mejor controladas e inducen menos complicaciones, lo que supone un indudable ahorro en costes directos e indirectos.
Por tanto, parece cada vez más evidente que, al menos desde el punto de vista de la salud infantil, el modelo de asistencia en atención primaria por parte de médicos generalistas está obsoleto y en regresión, lo que ha llevado a los países en los que funciona a cuestionarse la conveniencia de continuar con él.
En cambio, las noticias recientes podrían indicar que en España se está recorriendo el camino inverso. Recientemente, el Servicio Cántabro de Salud (SCS) ha admitido que está contratando puntualmente a médicos de Familia para cubrir puestos de Pediatría. La escasez progresiva de pediatras es especialmente preocupante en las zonas rurales de nuestro país, y motiva que pueda haber hasta un 60 por ciento de las plazas de pediatras ocupadas por otros especialistas, un hecho que puede verse agravado en un futuro próximo por las jubilaciones no reemplazadas.
Que los responsables de los Servicios de Salud como el SCS provean las plazas vacantes de pediatras con otros profesionales médicos que puedan atender a los niños adscritos a dichas plazas es lógico. Lo que no resulta tan lógico es que, a la vez que se reconocen estas carencias, los responsables del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad contemplenen el nuevo Plan Estratégico Nacional de Infancia y Adolescencia 2013-2016, aprobado el 5 de abril del año pasado, la ampliación de la edad pediátrica a los 18 años (aunque inicialmente sólo en centros hospitalarios) y recorten año tras año las plazas MIR de Pediatría, en contra de las recomendaciones de la Comisión Nacional de Pediatría, de la Asociación Española de Pediatría, y de la comunidad pediátrica en general.
Si bien la ampliación de la edad pediátrica hasta los dieciocho años era una decisión largamente reclamada por la comunidad pediátrica, ésta debe ir acompañada de un aumento correlativo de los recursos en forma de mayor número de especialistas pediátricos, que solucione las desigualdades actuales. Se trata de un ejemplo de que la mera promulgación de una norma no implica la posibilidad de su aplicación automática. Esta situación sólo se solucionará aumentando las plazas disponibles de formación MIR de Pediatría hasta cubrir las necesidades de la población pediátrica.
Desarrollo de las especialidades pediátricas
Por otra parte, el desarrollo de las especialidades pediátricas ha permitido una evidente mejoría en la asistencia a los niños en el ámbito de la atención especializada. Además de poner en valor el progreso de la especialidades pediátricas en España, el mencionado Libro Blanco de las Especialidades Pediátricas enfatiza cómo las sinergias entre la Pediatría de los dos niveles asistenciales facilitan un feedback bidireccional que redunda en la obtención de mejores resultados en salud. El próximo real decreto sobre troncalidad define la Pediatría y sus Áreas de Capacitación Específica como un tronco específico a partir del cual esperamos el reconocimiento oficial de una realidad de hecho.
Poner en riesgo el modelo que ha hecho de la asistencia pediátrica española un referente para otros países sería una temeridad y una irresponsabilidad. Y, desde luego, induciría un incremento en los costes directos, indirectos e intangibles a corto, medio y largo plazo que no estamos en condiciones de asumir. Es necesario no solamente reforzar sino también potenciar nuestro modelo asistencial pediátrico; y es necesario hacerlo ya, antes de que sea demasiado tarde. Para ello, junto con medidas obvias, como el aumento de las plazas MIR de formación pediátrica y la sustitución de las bajas,es imprescindible implantar medidas imaginativas, especialmente en el ámbito de la Pediatría de atención primaria, como la adecuada dotaciónde plazas -personal, material e infraestructural-, su agrupamiento en las zonas rurales, la recuperación de la figura del pediatra consultor, la adecuación de los horarios laborales que permitan la conciliación de la vida laboral y familiar, etc.
Antonio Nieto
Vicepresidente de la Asociación Española de Pediatría
Artículo publicado en Diario Médico el 24 de marzo de 2014.