Nota informativa de la SEIP sobre la difteria
La Sociedad Española de Infectología Pediátrica (SEIP) ha hecho pública una nota informativa sobre la difteria a raíz del caso recientemente diagnosticado en España. En la nota se trata su diagnóstico, tratamiento y prevención en la actualidad en Europa.
La difteria es una infección con alta mortalidad en niños (5-10%), controlada gracias a los programas de vacunación iniciados en Europa en la década de los 40. A escala mundial, en el año 2013 se han documentado por la OMS 4.683 casos. Es una enfermedad endémica en zonas donde la cobertura vacunal es deficiente. En Europa, en la década de los 90 se declaró una epidemia en los países de la antigua Unión Soviética que afectó a adultos, con una mortalidad del 20%. La mayoría de las infecciones en poblaciones con altas coberturas vacunales son asintomáticas o tienen síntomas leves, así pueden permanecer sin diagnosticar y sin ser declaradas. Las personas en zonas no endémicas, no vacunadas tienen riesgo de desarrollar difteria ya que el C. diphtheriae puede circular entre población sana vacunada. El último caso diagnosticado en España fue en 1986.
El tratamiento de la difteria depende de la rapidez de administración de antitoxina o suero antidiftérico de caballo, en combinación con antibióticos. La antitoxina debería ser administrada no más tarde de 48 horas del inicio de los síntomas clínicos. Existe sin embargo, un problema en la obtención de la antitoxina, ya que su fabricación ha cesado en la mayoría de los países, debido a la baja incidencia de esta infección por las altas coberturas de vacunación. El tratamiento antibiótico se realiza con penicilina G IM o IV o penicilina G procaína IM o un macrólido durante 14 días, siendo éste necesario para eliminar la bacteria y evitar su transmisión a otros individuos susceptibles.
Los pacientes con difteria deberán ser vacunados con toxoide diftérico tras la recuperación, ya que la infección natural no siempre confiere inmunidad protectora.
En España, en el Calendario de vacunación sistemática infantil, se administra una dosis de toxoide diftérico con el componente D (se denomina con la letra D mayúscula, por la alta carga antigénica) a los 2, 4, 6 y 15-18 meses. El componente “D” de difteria no se puede administrar a partir de los 7 años por lo que se administra el componente “d” con menor carga antigénica a los 4-6 años y entre los 11-14 años. Posteriormente lo ideal sería recibir una dosis cada 10 años de toxoide diftérico, ya que la inmunidad vacunal va disminuyendo a lo largo del tiempo, al no tener exposición natural a la bacteria circulante. Esta vacunación se ha ajustado a la vacunación antitetánica con la dosis de recuerdo a los 60-64 años, debido a que la presentación comercial de ambos toxoides tétanos y difteria, van unidos en la misma vacuna.