Grupos de WhatsApp, teleconsulta, visitas a domicilio y solidaridad para afrontar el impacto de las inundaciones


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  • Los profesionales se han organizado para prestar asistencia en centros de salud improvisados con jornadas de refuerzo o incorporando personal de baja de forma voluntaria 
  • El canal digital resultó esencial en los primeros momentos cuando las familias no podían desplazarse por la falta de vehículos y el barro en las calles  
  • Los pediatras urgen a recuperar el triple espacio de seguridad de los niños, casa, colegio y zonas de ocio en la calle, para preservar su bienestar emocional 

 

Valencia, 21 de noviembre de 2024_ Las recientes inundaciones que han afectado a amplias zonas de Valencia han trastocado la asistencia pediátrica, obligando a los profesionales a reorganizarse de forma extraordinaria para garantizar el cuidado de los niños, niñas y adolescentes en un contexto de emergencia. A pesar de la devastación, los profesionales han desplegado una impresionante muestra de solidaridad y compromiso para seguir atendiendo a los más pequeños, demostrando una vez más el papel fundamental de estos especialistas en la protección de la salud infantil.  

Juan Carlos Juliá, presidente de la Sociedad Valenciana de Pediatría (SVP), destaca cómo los pediatras valencianos, tanto de atención primaria como hospitalaria, han trabajado unidos en condiciones extremas. “Se han improvisado centros de salud en colegios, ayuntamientos, residencias…, cualquier espacio que estaba en condiciones de ser utilizado. Nos hemos organizado por nuestra cuenta, cubriendo todos los días de la semana en jornada de mañana y tarde, incluso los festivos”.  

El uso de herramientas digitales como grupos de WhatsApp y Telegram ha sido crucial en los primeros momentos. “Estos grupos se convirtieron en un canal esencial para resolver consultas urgentes de procesos febriles, diarreas y otros problemas de salud , pero también cuestiones de alimentación infantil  y vacunación, especialmente cuando las familias no podían desplazarse por la falta de vehículos y el barro en las calles”, explica Juliá.  

Desafío emocional

Las inundaciones han tenido un impacto profundo, tanto en la logística sanitaria como en el bienestar emocional de la infancia. Rafael Navarro, coordinador del grupo de Pediatría Social de la SVP, subraya que “los niños han perdido su triple espacio de seguridad: su casa, su escuela y las calles donde jugaban. Recuperar estos entornos es prioritario. Una vez recuperada la casa, hay que seguir por el colegio y, después por los parques y plazas de sus barrios”.  

Las zonas más afectadas incluyen varios departamentos sanitarios donde numerosos centros de salud quedaron completamente anegados. Para continuar con la asistencia se habilitaron centros provisionales y se crearon grupos mixtos de pediatras de hospital y atención primaria.

No podemos olvidar que el proceso de recuperación será largo. Hay familias que lo han perdido todo, y los niños están especialmente afectados. Algunos no hablan, no duermen y sienten miedo. Por ello, se están preparando protocolos para abordar los problemas emocionales que seguramente surgirán”, añade Navarro.  

Vacunación y epidemias: retos inmediatos  

La interrupción de los programas de vacunación infantil es otra de las preocupaciones. “Durante semanas, las vacunas no pudieron llegar a muchas zonas. Ahora estamos priorizando recuperar a los niños que perdieron sus citas, especialmente de cara a la epidemia de gripe y del virus respiratorio sincitial (VRS), que causa bronquiolitis”, señala Paula Rodríguez-Cantón, pediatra del centro de salud de Paiporta, localidad situada en la ‘zona cero‘ de las inundaciones.  

Rodríguez-Cantón, quien se encontraba de baja maternal cuando su centro quedó arrasado, se unió inmediatamente a sus compañeras para organizar visitas a domicilio, una estrategia clave para atender a los más pequeños en un contexto de aislamiento. “Todo el personal se involucró al cien por ciento. Montamos equipos con enfermeras y otros especialistas que se desplazaban a pie o acudían a las casas guiados por las propias familias que venían a buscarnos”, detalla.  

El pasado lunes 11 de noviembre el centro de salud recuperó su actividad en la planta superior del edificio, aunque se mantiene la teleconsulta y la visita a domicilio. La vuelta ha sido dura: “Son nuestras familias, hay profesionales que llevan 20 años trabajando aquí y han visto crecer a estos niños. Queríamos que ellos y sus familiares nos vieran cuanto antes. Resulta terapéutico para todos poder decirles ‘tranquila, que los niños van a estar bien”. 

Los pediatras de Paiporta ya tienen al día las revisiones del lactante, aunque muchos de sus pacientes no están acudiendo a consulta porque porque se han ido a Valencia o a segundas residencias con familiares. Todavía no hay ningún colegio activo y algunos se han escolarizado en otras poblaciones.

Recomendaciones para avanzar 

Los pediatras valencianos han identificado varias prioridades para los próximos meses:  

  • Recuperar espacios seguros para los niños. Volver al colegio y rehabilitar los parques es esencial para su bienestar emocional. 
  • Garantizar los programas de vacunación. Acelerar la captación de niños que no han recibido las vacunas correspondientes para evitar brotes epidémicos.  
  • Atender las secuelas emocionales. Se preparan protocolos para abordar los potenciales trastornos de ansiedad y/o depresión, especialmente en adolescentes, un grupo especialmente vulnerable.  
  • Refuerzo institucional. Hacen un llamamiento a las administraciones para que aceleren la recuperación de las infraestructuras afectadas y ofrezcan apoyo a los equipos sanitarios.  
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