El tabaco incrementa el riesgo de reacciones cardiovasculares graves debidas al uso de anticonceptivos orales. Este riesgo se incrementa con la edad y con la cantidad de tabaco y es bastante más marcado en mujeres mayores de 35 años.
Para cualquier anticonceptivo oral, el régimen de dosificación prescrito debe ser tal que contenga la mínima cantidad de estrógeno y progestágeno compatible con un bajo porcentaje de fallo terapéutico y teniendo en cuenta las necesidades de cada paciente individual.
El uso de cualquier anticonceptivo oral conlleva un incremento del riesgo de trombosis venosa y tromboembolismos, comparado con la no utilización de estos. El aumento del riesgo es mayor durante el primer año que una mujer toma un anticonceptivo oral.
Factores que predisponen a la aparición de trombosis venosa y tromboembolismo:
- Obesidad.
- Cirugía o traumatismo.
- Parto reciente o aborto en el segundo trimestre.
- Inmovilización prolongada.
- Edad avanzada.
Si es posible, la terapia de anticonceptivos orales se suspenderá cuatro semanas antes y dos semanas después de que la paciente se someta a cirugía con incremento del riesgo de trombosis, y durante una inmovilización prolongada.
Ya que en el periodo inmediato al posparto aumenta el riesgo de tromboembolismo venoso, la terapia con anticonceptivos orales no deberá comenzar antes del día 28 después del parto en las mujeres que no se encuentren en periodo de lactancia.
El uso de anticonceptivos orales incrementa el riesgo de efectos trombóticos arteriales. Se han notificado casos de infarto de miocardio y accidentes cerebrovasculares (infarto isquémico y hemorrágico, accidente isquémico transitorio).
Factores que predisponen a la aparición de trombosis arterial y tromboembolismo:
- Consumo de tabaco.
- Hipertensión.
- Hiperlipidemias.
- Obesidad.
- Edad avanzada.
- Migrañas con aura.
Lesiones oculares, con el uso de anticonceptivos orales se han comunicado casos de trombosis vascular de retina que puede llevar a pérdida de visión parcial o completa. Si se presentan signos o síntomas como cambios visuales, principio de proptosis o diplopía, papiledema o lesión vascular de retina, se deberá suspender el tratamiento con anticonceptivos orales y la causa deberá ser evaluada inmediatamente.
Presión arterial, se han notificado incrementos en la presión arterial en mujeres en tratamiento con anticonceptivos orales. Los incrementos de la presión arterial son reversibles tras la interrupción del tratamiento.
Tumores: en algunos estudios epidemiológicos se ha comunicado un aumento del riesgo de cáncer cervical en usuarias de ACO a largo plazo, pero sigue existiendo controversia acerca del grado en que este hallazgo es atribuible al efecto producido por los factores de confusión como son el comportamiento sexual y el virus del papiloma humano (VPH).
Se han descrito casos de colestasis relacionada con anticonceptivos orales y de lesión hepatocelular en estos casos el tratamiento deberá suspenderse.
El comienzo o exacerbación de migrañas o la aparición de cefaleas con un nuevo patrón que es recurrente, persistente o severo requiere la suspensión del tratamiento con anticonceptivos orales y la evaluación de la causa de estos.
En las mujeres con hipertrigliceridemia, o con antecedentes familiares de la misma, puede existir un aumento del riesgo de padecer pancreatitis durante el empleo de ACO.
Los gestágenos con menor efecto androgénico tienen un mejor efecto sobre los lípidos. Los síndromes graves de malabsorción pueden disminuir su eficacia.
Se ha descrito empeoramiento de la enfermedad intestinal inflamatoria crónica (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, lupus…
También ha de indicarse a las mujeres que los anticonceptivos orales no protegen contra las infecciones por el VIH (sida) ni contra otras enfermedades de transmisión sexual.
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