Aquellos pacientes que precisen suplementos de calcio deben limitar la dosis a <500 mg/día de calcio elemento.
Es importante ajustar la dosis de acuerdo con las respuestas bioquímicas para evitar la hipercalcemia. Es necesario monitorizar regularmente los niveles séricos de calcio y fosfatos, valorando el producto calcio/fósforo; sus excreciones urinarias, la fosfatasa alcalina y la PTH, así como de exámenes oftalmológicos, radiográficos e histológicos, si es preciso. Su frecuencia dependerá de la presencia y magnitud de alteraciones, el grado de progresión de enfermedad renal crónica y el uso concomitante de otros tratamientos para la osteodistrofia renal.
En pacientes con enfermedad ósea renal o función renal gravemente reducida, pueden emplearse quelantes de fósforo simultáneamente con alfacalcidol, para prevenir el aumento de fósforo sérico y la calcificación metastásica potencial.
Las enfermedades granulomatosas, como la sarcoidosis o la tuberculosis, favorecen la hidroxilación, aumentando los niveles de vitamina D activa. El empleo concomitante de glucósidos cardiacos en presencia de hipercalcemia debida a la administración de vitamina D incrementa el riesgo de sufrir arritmias cardiacas.
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